domingo, 26 de octubre de 2014

Génesis I. El nacimiento del Universo

Estaba sola y aburrida, llevaba así algún tiempo. Su última obra tampoco le había satisfecho, se sentía una arquitecto frustrado. Llevaba demasiado tiempo creando y destruyendo mundos que no terminaban de gustarle. Ahora nada existía, nadaba en el cero absoluto, las luces, las formas y los sonidos de su último experimento ya sólo sobrevivían en su cabeza. Era una buena matemático, lo único que había necesitado era juntar materia y antimateria, el resultado había sido el mismo que el de otras veces, no había desechos, simplemente todo desaparecía. Se preguntó si no era excesivamente exigente consigo misma o demasiado caprichosa y estricta con sus creaciones. Se concentró y de su mano salió luz azul. Volvería a ocurrir, un nuevo universo estaba a punto de surgir de su energía. Miró fijamente la luz que empezó a concentrarse en un punto incandescente, su pensamiento se estaba convirtiendo en energía y la energía en materia, esta vez todo saldría bien. Dio la vuelta a su mano y el punto luminoso saltó de ella. Se sentó a esperar, tres, dos,… el punto cada vez más pequeño y brillante…uno cero, todo saltó por los aires, el big bang había comenzado. Ahora se empezaría a formar la materia de nuevo. Volvía a tener el problema de qué hacer con la antimateria, llevaba una eternidad intentando resolver el problema. Ya lo pensaría, era hora de disfrutar del espectáculo. El génesis, el principio, todo limpio, todo nuevo, todo por hacer, una experiencia excitante para su mente imaginativa. Los colores eran brillantes, se estaban formando nubes de gases en medio de un espectáculo trepidante de luz y sonido de luz y sonido. Un pase privado solo para sus ojos, millones de años después alguien se volvería loco imaginando como fue. Empezó a canturrear, y la vibración de su voz aglutinó los gases que se convirtieron en planetas y estrellas. Pondría la antimateria donde no molestara, tal vez tendría que volverla a utilizar como tantas otras veces, para no dejar residuos.


Un caleidoscopio de colores y formas. La luz la inventó diez universos anteriores, la consideraba su mayor creación, lo de las longitudes de onda había sido todo un acierto, podía sentarse a admirar un espectáculo que antes se le antojaba soso y aburrido. Había tanto por ver que no daba abasto en fijar en su retina tanta belleza, en cualquier sitio que mirara podía ver las nubes de gases en espiral que empezaban a moverse y convertirse en millones de puntos luminosos. Tendría que elegir una, solo una. La última vez se había dedicado a crear en muchas y había sido una locura, excesivo trabajo para tan poca recompensa. Esta vez sería distinto. Ya no podía ver hasta donde su punto incandescente se había expandido. Estaba agotada y se fue a dormir. Así fue como el primer día Diosa creó el universo.

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